Existen diferentes criterios para definir el periodo perinatal, siendo el más frecuente el que engloba desde el momento en el que la mujer y su pareja comienzan a planificar la búsqueda de embarazo, hasta aproximadamente dos años después del parto.
Estudios científicos avalan que es en esta época, cuando las mujeres presentan mayor vulnerabilidad para presentar un problema de salud mental, siendo la probabilidad de hasta cinco veces mayor que en cualquier otro momento de su vida. Se estima, por ejemplo, que una de cada cinco mujeres presentará criterios diagnósticos de alguna patología mental durante esta etapa.
Desafortunadamente, hasta hace poco tiempo, existía una escasa sensibilización acerca de la importancia de la salud mental materna y de las implicaciones de ésta en el desarrollo tanto físico como emocional de los recién nacidos.
El interés reciente creado en la materia ha demostrado la importancia de un adecuado acompañamiento y sostén a la mujer en este periodo vital. Este acompañamiento puede venir dado por el entorno familiar y social de la mujer, así como, sin necesidad de que exista una patología de por medio, por parte de profesionales de la salud mental. Contar con un espacio neutro, donde la mujer pueda expresar sus emociones, sentimientos y posibles inseguridades o miedos, genera enormes beneficios. Acercarse de esta manera al autoconocimiento, beneficiará sin duda a la relación entre la madre y su bebé, así como al tipo de vínculo y apego que se genere entre ellos.
Durante los periodos de embarazo y postparto son frecuentes los trastornos depresivos, de ansiedad, trastornos obsesivos y trastornos por estrés postraumático (TEPT). Al menos una de cada cinco mujeres sufrirán alguna de estas patologías en este periodo. La psicosis postparto y otros problemas más graves aparecen con mucha menor frecuencia, pero representan una verdadera urgencia psiquiátrica y en ellos, la ayuda y el tratamiento iniciado a tiempo, puede ser literalmente vital.
La Psiquiatría Perinatal también se ocupa del acompañamiento durante el embarazo de aquellas mujeres que, previamente a éste, padecían una enfermedad mental. En este caso se valorará tanto la necesidad de continuar, modificar o cesar el tratamiento farmacológico, así como de prevenir posibles recaídas del trastorno previo en esta época tan sensible.
Muchas mujeres ocultan su malestar y sus miedos en este periodo tan sensible de sus vidas ante la falsa creencia de poder ser consideradas por su pareja, sus familiares o sus amistades como una madre frágil o incapaz de cuidar a sus hijos. Además, es frecuente que la mujer sienta una enorme culpabilidad ante estos sentimientos, en un momento en el que se supone que "debería" encontrarse feliz. Tomar la decisión de solicitar ayuda no significa una mayor fragilidad de la mujer sino todo lo contrario, refleja su compromiso y preocupación en torno al bienestar de su hijo y al suyo propio. Contar con un profesional de Salud Mental Perinatal en este periodo tan importante, puede ser determinante en el posterior desarrollo del menor y en la relación materno-filial durante toda su vida.